domingo, 7 de agosto de 2011




el niño el niño kantiano moralista por la moral misma el niño autónomo-esquemático dentro de la suficiencia de los guiones dramático cómico de las anquilosadas bestias Respetables y sombríos contornos respetábanse en su incuestionada bestialidad por el niño kantiano heteroempático autosuficiente Principalísimo en sus dramas invisibles y el mudo circo pobre de su pieza golpeaba las paredes en voz baja el niño heteroempático acumulaba mascarillas y caretas y artilugios infanticidas que desenvolvía a las respetables bestias anquilosadas prepicados costumbristas que el cerebro autocompletaba sonrisas y diarios del día domingo el silencio de la ridícula sangre y el guión-mordaza heterodramático autoinflingido.

Feroces rictus de perfectos desconocidos descerrajan el corazón en los sueños del niño heteroempático Gigantescos soles furiosos que una luna no podía eclipsar le dolían en el alma y despertaba llorando Si pudiera deshacer los ritos del niño heteroempático antes de los plenilunios Si pudiera decir hasta acá la sangre hasta acá los rostros acumulados en la repisa y el cómico drama dramatizado Y los ataques de pánico a los siete años Y la autosuficiencia autokantiana ofrendada a dioses pobres a bestias de fríos contornos hechos de polvo y castillos en el aire Al hombre de aquel sueño que desfiguraba gritos en silencio y luego musitaba Demasiado tarde con fría tranquilidad Demasiado tarde





















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