jueves, 28 de abril de 2011

Testamento de otoño


Entre morir y no morir
me decidí por la guitarra
y en esta intensa profesión
mi corazón no tiene tregua,
porque donde menos me esperan
yo llegaré con mi equipaje
a cosechar el primer vino
en los sombreros del Otoño.





Drop yourself
in the grass
Breathe the air
at last
Hold on tight
Don't you fall down
Breathe the air
through the water




viernes, 15 de abril de 2011

There There





Ir una mañana entonces, dar unas vueltas por la plaza, imaginar que ella puede estar en el Dimarco, y por qué ahí y no en el Parque Ecuador, saberlo, saberlo solamente y en los oídos Just 'cause you feel it it doesn't mean it's there, saborear la locura del momento en que todo confluye en esta imagen sorprendente que tiene un otoño y un sol débil, rostros, piernas, árboles, nubes, dimensiones, irrealidad, We are accidents waiting to happen entonces, por Janequeo por Barros, por Lautaro, con esa expresión aparatosa, con la miserable respuesta de una revelación mística indescifrable pero inmensa, indescriptible... importante, debiera ser importante carajo, las miradas, la música, caminar buscándola y saber que puede estar ahí y no en otro lado pero no estaba y palpar el destino como millones y millones de causas efectos con bolsas de supermercados, buenos días en el ascensor, puntos ciegos detrás de una ruta del mar... Es ridículo, es ridículo porque el clima, porque las mentiras, porque la breve duda en el beso entregado; es ridículo según la edad, el desencanto, según la falta de símbolos premonitorios...


En mi historia entonces (esa que escribí cuando llegué a mi casa) habían dos personajes, dos compañeros, dos amantes: Me estoy volviendo loco / ¿La buscaste de nuevo? / Sí, pero...  diálogos a la pasada, pintar un departamento: intimidad. 


Nunca la terminé pero el final era claro... Se abrazaban con ternura, cómplices perfectos en su amplia imperfección, en su coloquio, en su locura diaria y bella... su condición de dobles opuestos. Comprendí que sería una obra de teatro: las luces se encienden de golpe, la actriz acaba de dejar el escenario, el tipo (él no lo sabe) sostiene sólo el aire entre sus brazos, un contorno ausente, mi búsqueda insensata.






















lunes, 11 de abril de 2011

Sus ojos de fuego y noche.







Que es lo que me está pasando
que en la quietud perfecta
todo empieza a temblar,
se remueven mis caminos,
se hace trizas el retrato
de mi infancia y su calor

Mi familia y mis amigos
se me ponen frente a frente
y solo me hacen pensar
si al medio de esta tormenta
nacerán las flores
de un lugar Azul e inmenso

Justificar mi ausencia
no es más que pretexto
de vida y aventura
como oración sin leyes
en libertad inquieta
mi rostro se bañaba

con el fulgor de las estrellas
que cantan la mañana
bien juntas con mis sueños
todo estaba allí trenzado
hasta que dí el paso,
hasta que tu amor me dijo

Y si al cielo lo cambiaras
por toda la realidad
sé que todo sería tan diferente
ya que la fe que tu haz puesto
no se juega no se tranza
ni por un solo momento
es fogata que corre en tus venas,
es quizás tiempo gastado,
es un sol que llevas dentro
primero y sin segundo,
el amanecer de tu alma

Si yo fuera navegante,
capitán o simple infante
de inmediato aceptaré,
que la tierra siempre lejos,
que la niebla imponderable,
en mis mapas son la sal

que tormentas indomables
y mujeres que lloraban
hasta el amanecer
fueron por mi amigo, hermano,
su sonrisa amada,
sus ojos de fuego y noche.



domingo, 10 de abril de 2011

Un día Normal

Luego de la visita inesperada, el café ofrecido, los padres a la mesa que acaban de abandonar y el cómo les ha ido, el saludo a tu amiga y estás cambiada te cortaste el pelo y tu nuevo pretendiente y de noche cerca de tu casa caminando desde...


Bueno, ¿por qué están acá?
Mira... en verdad te queríamos hacer una pregunta importante.
Dime, pequeño duende.
La Feña... ¿no tendrá un maniquí en su boutique que nos preste?




claro, esas cosas son necesarias.
Tener amigos es la cagá.

sábado, 9 de abril de 2011

Como todos los soñadores, confundí el desencanto con la verdad





And in a year, a year or so
this will slip into the sea
Well, it's been a long time, long time now
since I've seen you smile






domingo, 3 de abril de 2011

Del desorden y los fetiches (2): PájaroVerde y los libros.


Ya, si todo lo que he dicho es ridículo y cotidiano y fome. Y en este punto nadie lee. PERO lo que en verdad quería decir sobre mi tarde esforzada es aquello del orden... oh, el orden... de mis libros. Redescubrí ese apasionado fetiche que es ir a lugares excéntricos, buscarlos, acariciarlos, olorozarlos. Ir a la feria de libro leído y pasar mi mano por cada uno de esos títulos llenos de gripe porcina para sentir su pulso, su pasado, su voz tierna que me dice "Llévame contigo... soy SEXY". 


Leerlos, mimarlos, comentarlos, saber siempre cuándo y dónde los compré. Ordenarlos. No, no estamos solos. Los amo a ustedes malditos incógnitos que en este momento dicen "oooooooooohh, es la zorra hacer esooo, wuaaaaaa". Y cosas así. Espero.




Entonces: estoy aun rodeado de los libros que no he ordenado (nunca tan zángano, igual tengo todo casi casi). Ah, y revistas. Y ya no es tarde sino noche, y Jaime espera su hojas. Así que...

Pero, pero... el fetiche, sísisisi.


El librero blanco (ese del depa) ahora instalado en mi pieza, removido de la Pieza de  Estudio (sic, creo) se separa en 8 espacios. Reordené en ella mi modesta pero pero amada biblioteca personal.


En el primer espacio coloqué mis libros fetiches. Dos de Juan Emar, tres de Hesse, El Mito del Eterno Retorno de Elíade, una no despreciable tanda de Papini. La Insportable Levedad del ser y La Broma de Kundera... Dino Buzzati, oh, tú, hijo de puta. Dos libros de Silvina O'Campo y los cuentos completos de Benedetti, cuyas hermosas ediciones compensan mis dudas por ciertos pasajes de su obra.









En el segundo coloqué una corrida entera de Cortázar, y una incipiente de Borges, que pretendo completar con el pasar de los años. La infancia de un jefe (que a todos les gustó). La poesía de Juan Gelman, narrativa de Casares. García Marquez, Monterroso, Vargas Llosa, Sábato, Galeano. Residencia en la Tierra. Literatura del boom. Oh, el primer libro de Monterroso que leí fue una de esas ediciones chiquititas de Alianza Cien, El eclipe y otros cuentos. Ahí sale Movimiento Perpetuo y fue el libro con el que inicié conversación con una persona que fue mi vida misma en aquellos años del colegio. En la vorágine del la pieza de estudio saltó como un gato a la cara, y lo tomé con una amplia sonrisa. Los libros nunca se ordenaron bien después del terremoto, sólo se hicieron espacio en la posición que fuere, por eso tanta clandestinidad de sus títulos, por eso tanto reencuentro.



En el tercer espacio puse libros de escritores chilenos, empezando por mi madre, por el Jaime, y Juan Mihovilovich. También Paulina Ibieta, Tito Matamala, muchos regalados y autografiados. Luego Vallejo, Skármeta. Y algunos poetas.








El cuarto era un "espacio ñoño" digamos. La colección de Tolkien, Silmarillion y Hobbit incluídos. Drácula y Frankenstein. Ray Bradbury y Wells. Thomas Harris. Conan Doyle. Muchos buenos recuerdos. NECESITO tener de vuelta mis Asimov, prestados sin mucho consentimiento. Asimov es la cumbia... Imprescindible de todos los tiempos: La Última Pregunta (cuento). Lectura obligatoria.





El tercer nivel es variado. Tolstoi, Chéjov, Antologías de cuentos, algunos premios Nobel. Mucho teatro: Ionesco, Shakespeare y Moliere. Y una amplia colección del arte de las tablas cuya procedencia nunca entendí bien en todo nuestro despelote, pero dio a parar en mi pieza. Es una editorial bonaerense (Losada) con muchos títulos. No los leo aún. 


Y en el último nivel: claro... lo jurídico, manuales viejos. Mucho libraco antisísmico para equilibrar el mueble. 

OLÉ.   







Cosas que vale la pena destacar:


0.- Sobre el mueble se ordenaron los libros místicos de los chakras, de tarot y otros títulos exóticos de la vida. Además, dos libros prestados: uno de Sherlock Holmes y El conde de Montecristo. Y revistas que me robé.. había una edición hermosa de Seix Barral: Sábato en fotos y fragmentos, con un cd con su voz. Y un cancionero de Victor Jara, de la fundación ídem.


1.- Encontré entre las Revistas Literarias varias de la serie "Club de amigos de la ópera". Son ediciones muy muy autogestionadas y petisas, con títulos tales como Carmen, Nabucco, Las bodas de Fígaro, con el texto original y la traducción al español. Una weá linda, derechamente.


2.- Entre los míos hay dos principitos y dos narraciones extraordinarias. Encontré al fin un cd que me había regalado el Andrés y que no sabía donde puta estaba. Encontré dos revistas donde han publicado mis cosas. Una antología de cuento donde sacamos mención honrosa con la Camila, libro que le pedí me autografiara/dedicara. Creo que es el concurso donde ganó la amiga de la Pina. 

3.- Partiendo de la base que hay varias bibliotecas en diferentes puntos de la casa, ahora tenemos una zona neutral en la pieza de estudio. En mi pieza está la mía. Donde la Jana la suya (que tiene mejores títulos, como Pizarnik, Idea Vilariño). En verdad, los mejores, los libros con los que rayo la papa han sido casi siempre han sido de la Biblioteca de la Jana, o del Jaime (Que tiene una Biblioteca "B" la raja). Ahora bien, no sólo reordené mi pieza en relación al estudio, sino también al estudio en relación a sí mismo. Ahora hay una cierta coherencia en sus filas. Y un kilo de poetas anónimos. Sí, somos crueles.


4.-  Habían revistas literarias de al menos cuatro países. Es la cagá. Hay también varios de esos libros de tapa dura biblioteca salvat del año del cohete y de los doors. Las imágenes son terrible de vintage. 




5.- Mi madre junta estas cosas de hace años. Cuando volvimos acá a la casa de Talcahuano, empezamos a rescatarlas, sacarlas de sus armarios y muebles, reordenarlas. Fue lo mejor de la vida. Hay muchos Perromuerto que se donarán a la Caja de la buena fe, revista que para mí fue paradigmática.


6.- Necesito otra mesita de noche.


7.- En el interior de las muchas rarezas literarias habían aún otras: ciertas cartas, papeles, dedicatorias del 94 en adelante que se fueron olvidando. Una carta me llamó la atención... dentro suyo un folleto amarillo: Primera Feria del Libro de Talcahuano: 18 al 23 de noviembre de 1998. Colegio Etchegoyen. Proyecto del Fondo Nacional del Libro y la Lectura. Y atrás: un saludo de Leocán Portus Govinden.... Cómo les quedó el ojo.


8.- Entre el despelote de los años, sobrevive una edición de La Divina Comedia que está para la santa cagada. En la primera página (no tiene portada), arriba a la derecha un lápiz viejo garabatea: " 1 - 6 - 23 ". Eso es sexy. 




Del desorden y los fetiches (1)

En este momento estoy rodeado de libros y revistas literarias. No, no es una metáfora, no es algo como "Tengo una orquesta en mi cabeza"... es en serio: ESTÁ la cagá en todas partes, EXISTE un descomunal desorden materializado con radiohead de fondo y el atardecer mierdero de un domingo de Talcahuano. Las cosas estaban sin embargo tranquilas hace unas 5 horas: buscaba poemas para la amante sofista, escuchaba música... el plan incluía bosquejar los blogs para la Caja de la Buena Fe, comer helado de chocolate con nueces y bajo ninguna circunstancia bañarme... en fin, cosas en las que soy bueno, un domingo, con tiempo y sol. Ferpecto. 

De improviso (no, en verdad, pero me gusta iniciar así el párrafo), Jaime me pidió que terminara de imprimir su novela, impresión que por falta de tinta en su departamento había quedado coja de 200 páginas. El tema es que acá también agoté la tinta imprimiendo ciertos mails que me inspirarían en el guión de una lectura poética (que también está coja de la mitad). Jaime Troll face: "tu hermana dijo que había otra impresora". Claro, una Brother que le regalaron por comprar un netbook, una máquina láser con tóner y capacidad de tres mil impresiones y muchas lucecitas, una weá bacán. Una weá bacán que había que instalar.

El problema, y para narrar cómo llegué a este texto y a este penúltimo momento del día (porque aún tengo que ordenar, caramba), es que "la pieza de estudio" de mi casa... bueno, algunos la conocen. En verdad se le puede llamar a cualquier cosa "la pieza de estudio de mi casa" con tal que tenga muchos libros y un computador; ese es el requisito fundamental, puedes guardar cadáveres mutilados, tener la caja de arena de tu gato, no importa; si tienes un tarro y libros, listo: Pieza de estudio. En la nuestra tenemos una bicicleta de spinning, dos computadores semimuertos, una cama para borrachos siemprelista, dos cajas des-desembaladas, un teléfono, tres bolsas bajo la cama con papeles que me imagino son importantes, cuatro peluches, una foto de Nicanor Parra, y TENÍAMos dos libreros con... libros. Ahora hay uno. Es como un gimnasio intelectual, una pieza para huéspedes con insomnio. No se puede (claramente) meter nada más acá, menos una impresora bacán. Por eso no quería instalar la weá. 

El tema es que yo estimo a Jaime. Y su novela está rebuena (le dieron una beca de creación de hecho). A las novelas hay que corregirlas antes de editarlas.
Y es domingo. Y me dije: "Qué diablos" (no en verdad, pero suena bien) "Hay tiempo, hay sol, hay discografía de mecánica popular, lados bes de radiohead" y agregué "Ánimo, Mauricio Medel" (tampoco dije  eso). Así que planifiqué las cosas. Los que hayan venido a mi casa pueden imaginárselo. Para meter una impresora había que enrocar ciertos muebles y su amplio contenido. 


Plan:

Primero. Lo más lógico era ir al baño con el manual de la Brother, porque en mi vida he lidiado con una impresora láser y porque tenía ganas de ir al baño. Listo. Estudiado, aprendido: soy un maestro de la pirotecnia.
Segundo. Lo que nunca hice desde que llegamos: llevar el librero blanco de la pieza de estudio a MI PIEZA, con MIS LIBROS.
Tercero: Llevar "la mesa de noche" de MIS NOCHES a la pieza de estudio, para poner la impresora en el espacio místico que se acabare de abrir en el caos. 

En este punto de las cosas algunas acotaciones: Decir "mesa de noche" es la misma mierda que decir "pieza de estudio". Cualquier weá que esté al lado de la cama y donde uno deje aquello que en el día deja sobre la cama... es mesa de noche. Uno se imagina un portavasos y una lámpara, un cajón con llaves y condones. El diario de vida. Yo en verdad tenía una mesa de computador como mesita de noche. La compramos cuando vivíamos en el departamento de Conce y no tenía cajones, pero sí esa tabla corrediza para el teclado y siempre cinco o más libros de cabecera y dos libretas.

Moví las cosas... todo estaba lleno de polvo porque es difícil hacer aseo en una pieza multifuncional con muchos cables y muchos rincones. Barrí dos arañas muertas del rincón, eran arañas de rincón supongo.

Hice full aseo al espacio sin librero. Hice full aseo al espacio sin mesita. Le pasé trapos viejos con menjunjes raros y lustramuebles al librero. Limpié los cables del computador que siempre tienen cera, no sé si eso les pasará a todos (?). Reposicioné, Reconecté, Relimpié. Puse la impresora, instalé los tóner, metí los cedés de instalación, conecté los cables, imprimí páginas de pruebas. Quedó tiquitaca.

Pero... en el estudio aun quedaba un veintisiete efe. Todos los libros estaban encima de la cama de los borrachos. Las revistas literarias en el piso. Y el polvo. 

Limpié los libros con un calzoncillo viejo (para la suerte). Nunca se vieron mejor. Ahora... piénsenlo dos veces si quieren pedirme libros prestados. 




y...  me voy a hacerme un café...