Cargo en mi sien dos niños apagados por el metal ¿No eras tú, oh Reina, una niña cuando recogías las flores de mi jardín? He visto sus ojos cerrarse y perderse en las visiones de medianoche, desfilando con mil nombres que la historia de los buenos no recordará. ¿Y para qué? ¿Para justificar una copa ofrendada a nuestros caídos? ¿Para aguantar muletillas religiosas en las fauces de los necios? Antes del crepúsculo crucificaremos otros mil nombres y ellos dirán tierra, dirán dios, dirán tributo y se regodearán poniendo palabras en la boca de la carroña. Oh Reina, mi mirada era un sol profundo antes que la lluvia negra de los cuervos me arrebatara el día
sábado, 19 de noviembre de 2011
sábado, 12 de noviembre de 2011
El trance de la cáscara de naranja sobre la estufa
Es sabido que la mejor forma de trance es la que brinda la cáscara de naranja sobre la estufa. El usuario escéptico hará bien en desconfiar de los llamados efectos premonitorios del ritual, que por lo demás han llevado al desvarío a promisorios abogados de la zona agrícola de la octava región. El secreto ceremonial se masificó por una viejita de irreprochable inocencia en el patio de camiones de la vega que según cuentan vendía aceitunas con sal y pescada seca. Su acción no encuadró en ningún tipo penal para el desagrado de los sectores reaccionarios de la provincia y tres abogados oficialistas que esmeraban su reelección.a diputado. La cabecilla visible del Opus Dei, en cierto seminario sobre el preservativo y el demonio le bajó el perfil a los tantos episodios que estremecieron a las familias penquistas. Se adujo que ningún hombre de leyes en su sano juicio podría suponer que la respuesta a un plazo precluído en su contra fuera la epifanía de la cáscara de naranja. El punto álgido de la discusión la suscitó una carta enviada con afilado desdén al editor del diario La Crónica donde un experto bioquímico de la Universidad de Concepción criticaba la ignorancia de los abogados y aclaraba al público que no existe en la química cerebral receptores específicos para las frutas de temporada. Aun así, para activistas del cultivo de mariguana y tubérculos y para el gremio de los horticultores de san pedro de la paz es sabido que el trance inducido por la cáscara de naranja sobre la estufa a parafina es un trance de una religiosa belleza que poco o nada tiene que ver con las leyes o el Opus Dei.
lunes, 7 de noviembre de 2011
Alonso
Qué bicho reptaba bajo tu piel pequeño Alonso que retrocediste los gritos enemistaste las lunas santiguaste el vino al almuerzo te acostaste calladito vendiste tu alma bajo la sábana a esa venus con piernas de cámara lenta y se te acojonaron las preguntas se te hincó la vida tartamudeaste la mirada tropezaste con hormigas y eras feliz huevón Alonso mi compadre, pero qué carajo reptaba bajo tu piel que te calentó tanto la sangre te rezó el padrenuestro te afeitó la barba te curó la caña y te avecindó bajo el sol, venga para acá Alonso, Alonsito, despaile las ojeras afine el corazón ven para acá te digo y canta canta esa canción de vino y sepia porque en los sueños premonitorios siempre muere alguien y te aviso no más, esta cena la soñé para ti.
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