1.
Respiré la luz del miedo. Había un punto.
Una luz negra era: Simplemente una luz negra.
La certeza del yo hizo respirar a mi cuerpo.
Pero era de noche y presentí la carencia.
Había un punto que remedaba mi ser a lo lejos.
Las voces se callaron. Su silencio -pensé- respeta el fuego que precede al movimiento.
2.
Tropecé fuera de mí.
El viento cala los huesos que conforman mi materia.
La madera de mi casa se estremecía en voz baja.
Era entonces: Un vacío verde que condensaba lo ilimitado en un punto.
Era luego: Un pantano de voces / el fuego / la posibilidad del ser en otro.
una línea.
La Línea era un puente. La sangre hirvió.
Pero los puentes sólo son puentes, como una línea no puede ser más que una línea. Recordé el yugo del animal socavado.
Los dos puntos en el rostro del animal tiritaban como estrellas viejas.
3.
El punto atrajo una línea. Los puentes callan.
La línea es un yugo. El yugo es una estaca, un clavo de la cruz,
la daga en la espalda, la lanza al costado.
Inmovilizados en la noche agria, miramos ese puente diez veces, es decir, infinitas veces.
Una línea es siempre una línea.
una línea...
Llovió.
Las cargas cedieron frente a este milagro vertical.
La línea se devoró a sí misma.
El puente era: Contemplación / Viento frío / Miembro entumecido
El puente devino en Círculo, la metáfora de un río, un beso.
No recuerdo quién pronunció el verbo.
Contábamos tres:
pero no había más de una persona ahí, lo juro
4.
Lo llamamos Hijo, como pudo llamarse Libro, Hipotenusa, Espiral.
El hijo vislumbró:
Una Superficie / Una extensión.
El verbo germinó la tierra.
La tierra se hizo carne.
Los cuatro elementos germinaron los campos.
Una sinfonía hermosa: tantos colores.
Los campos germinaron
Una flor de fuego.
Diez flores de fuego.
Infinitas flores de fuego.
10. Tetractys.
Miembro entumecido. :)
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