miércoles, 12 de octubre de 2011


Existirá el peligro de armonizar la memoria, de olvidar qué se sintió y proponer qué debió haberse sentido, racionalizar los personajes / el dolor / la belleza / los escenarios.

Existirá el peligro del adorno mental, la cita de Platón que recupero cuando camino los puentes escuchando música (las cosas son bellas sólo en la memoria), la tendencia literaria, la especulación sobre el cosmos pitagórico (si hallara verdad en ello, todo se ordenase y todo tuviera sentido), la co-inciden-cia. 

Hay un testigo de mi propia acción  / a quien describo en estas palabras / el yo serial del que me hablaban hace algunos años: Para analizarse, necesitar abstraerse en una tercera persona, quien a su vez necesita de otra persona para ser analizado / quien a su vez.... / 

Auto definirse es imposible, ergo. Pero yo me lo creo a medias. Recordar sin poetizar es dudoso. Yo me lo creo a medias. 

Sólo le había hablado una vez. Va de la mano con un hombre. Voy yo de la mano con una mujer. Se cruzan las miradas. Hay un saludo amargo, una pena leve. Continué caminando en silencio.

Nunca la he vuelto a ver. 



lunes, 3 de octubre de 2011

Luciérnagas en la cabeza



Se volvería tu carne un nido de esperas
dos pájaros tristes surcarían tu rostro
y se esconderían los peces
de tu sonrisa plateada
yo apagaría la luz, mi hermosa
dejaría un libro de lado y apagaría la luz
sin dramatismos de tragedia barata
cerraría mis ojos
en un gesto heroico
ya no para temblar al besarte
ni para intuir el sol de tu estómago desnudo
también te harías la dormida
prefieres evitar la palabra absurda 
que subraya los silencios
Entonces yacerían los cuerpos
a una distancia doble
como grises pájaros en picada
Y me habrían arrebatado 
las bellas luciérnagas 
que envolvían tu pelo hasta el alba