viernes, 12 de julio de 2013

Sin sangre



"Intentó preguntarse de dónde procedía esa absurda fidelidad al horror, pero descubrió que no tenía respuestas. Sólo comprendía que nada es más fuerte que ese instinto de volver donde nos desgarraron, y de seguir repitiendo ese instante años y años. Pensando tan sólo que quien nos salvó en una ocasión puede después hacerlo para siempre. En un largo infierno idéntico a aquel del que venimos. Pero, de pronto, clemente. Y sin sangre."

Alessandro Baricco

jueves, 25 de abril de 2013

#1 - Dos de Pentáculos




Hay dos sujetos, A y B ubicados en un plano cartesiano. El sujeto A quería ser piloto cuando pequeño, escribir un libro y tener un jardín de no me olvides porque de chico leyó mucha literatura de fantasía. El sujeto A sufre cuando la vida no le sale. Se ríe con un ronquido vergonzoso, tropieza sus razonamientos, nunca pudo escribir una carta de amor, no le salió el FA en la guitarra.

La sujeto B habla mucho de Sartre y Beauvoir, pero nunca dice que le encantan las comedias románticas, que odia no saberse ningún paso de merengue y que siempre se le olvida cómo se escribe la palabra “escasez”.

Ambos sujetos coincidirán en un punto equidistante de forma inevitable. Hasta ese momento sufrirán el embrujo de la parcialidad, de ser siempre el bemol de su mejor versión, de añorar una idea esquiva de belleza que nunca llegará. Pero ese punto, no lo saben, se encuentra en suspensión, como si un ser extraño hiciera malabares con ambos, y la perfección sólo pudiera ser encontrada así, sostenido en un pie en el acantilado, el tiempo suficiente para darse cuenta o ser arrojados al vacío.